No podía
seguir con este blog sin detenerme en esta obra clave de la ciencia ficción.
“La invasión de los ladrones de cuerpos”(Invasion of body snatchers) es una película de 1956 dirigida por
Don Siegel. Es una obra que funciona como un reloj, con una atmósfera muy
agobiante y paranoica.
La
historia es de por si muy inquietante, en un pequeño pueblo, los vecinos se
empiezan a comportar de una manera muy extraña, como si no fueran quien parecen
ser, a simple vista iguales, pero sin sentimientos. Cuando el doctor Miles
Bennell (Kevin McCarthy) y su novia Becky Driscoll (Dana Wynter) descubren unas vainas extraterrestres que
sustituyen a las personas, asesinándolas primero, comenzará una carrera para
salvar a la humanidad.
La película, que mezcla la ciencia
ficción con el terror magistralmente, habla indirectamente (o casi
directamente, podríamos decir) sobre un miedo de la época: el comunismo. En
plena caza de brujas de McCarthy cualquiera podría ser tu enemigo y eso se
refleja en esta obra. La única diferencia entre los humanos y los sustituidos es
la deshumanización de estos últimos, en cualquier momento puedes ser contagiado
y convertirte en un igual, que por otro lado esta es otra característica del
comunismo, todos iguales. La forma para que no te descubran es no mostrar
emociones. Establece un paralelismo entre los soviéticos y los extraterrestres.
Quedándonos propiamente con la película,
estamos ante el primer gran éxito de su director, con unas grandes
interpretaciones y una lograda puesta en escena. Esta obra va más allá de su
momento temporal, grandes directores fueron marcados de una u otra forma por
este film y lo mostraron en trabajos posteriores (Ridley Scott, en Alien, por
poner un ejemplo). De igual forma,
y sabiendo el potencial de la historia se produjeron varios remakes, desde la grandísima
“La invasión de los ultracuerpos” de 1978, hasta la horrible “Invasión” de 2007. Prácticamente en cada década nos encontramos con uno.
Como curiosidad, la productora obligo a
Don Siegel a incluir un epilogo cambiando sustancialmente el final,
considerando que el original podría resultar traumático.