Si os hablo
de “El gran gorila” (1949), “Los viajes de Gulliver” (1960) o “Furia de
titanes” (1981) y os pregunto que tienen en común, quizás me diríais que las
tres son buenas películas (cierto por otra parte) pero nada más a simple vista.
Lo siento si esta fue vuestra respuesta, tengo que deciros que estáis
equivocados, ya que el nexo de unión es un hombre, Ray Harryhausen, un maestro
de los efectos especiales y de la animación stop motion. Por ser una figura
viva del cine, me parecía justo dedicar una entrada en este humilde blog a su
primera película en solitario: “El monstruo de tiempos remotos” (The Beast from 20,000 Fathoms) de 1953, dirigida
por Eugène Lourié.
Durante unas pruebas
nucleares en el Círculo Polar Ártico, una de las explosiones perturba la
hibernación de un rhedosaurus, que llevaba más de 100 millones de años en el
hielo, devolviéndolo a la vida. Tras sembrar el caos allí por donde pasa,
consigue llegar a Nueva York, donde destruirá toda la ciudad, si no consiguen
detenerlo a tiempo.
Importante en
muchos aspectos es esta película, es la primera que introdujo a un monstruo
gigante de todas las que se estrenaron durante estos años (que no fueron pocas)
y directamente le debemos “Godzilla” (1954), ya que tras esta obra le dieron luz
verde a la producción. Otra característica es que trata de forma distinta el
tema nuclear, casi todas culpan directamente a la radioactividad de la creación
de monstruos deformes y terribles, mientras en este caso, simplemente despierta
algo que ya estaba vivo. Por otra parte la energía nuclear será utilizada otra
vez durante el metraje en una escena impactante, que no desvelaré para no
estropear a nadie la sorpresa.
Considero que
la película tiene dos claves: el monstruo, que fue un trabajo prácticamente
artesanal, del que se construyeron varios con distintos tamaños, así como maquetas
de la ciudad de Nueva York y de la montaña rusa de Coney Island y la historia,
basada en una obra del genial escritor Ray Bradbury, autor entre otras de la
fantástica novela “Fahrenheit 451”.
Mi consejo es
que si tenéis ocasión y no la visteis, no lo dudéis, es cierto que el stop motion
no funciona como lo hacia en su momento y que en algún momento las
interpretaciones pueden ser algo planas, pero es sin duda un film que hay que
conocer y apreciar en su medida, con un presupuesto muy escaso, incluso para la
época (unos 200000 dólares), pero que acabó recaudando más de 5000000 en
taquilla.
Os dejo con unos minutos de su versión doblada al español y un trailer.
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