viernes, 1 de junio de 2012

El monstruo de tiempos remotos


Si os hablo de “El gran gorila” (1949), “Los viajes de Gulliver” (1960) o “Furia de titanes” (1981) y os pregunto que tienen en común, quizás me diríais que las tres son buenas películas (cierto por otra parte) pero nada más a simple vista. Lo siento si esta fue vuestra respuesta, tengo que deciros que estáis equivocados, ya que el nexo de unión es un hombre, Ray Harryhausen, un maestro de los efectos especiales y de la animación stop motion. Por ser una figura viva del cine, me parecía justo dedicar una entrada en este humilde blog a su primera película en solitario: “El monstruo de tiempos remotos” (The Beast from 20,000 Fathoms) de 1953, dirigida por Eugène Lourié.


Durante unas pruebas nucleares en el Círculo Polar Ártico, una de las explosiones perturba la hibernación de un rhedosaurus, que llevaba más de 100 millones de años en el hielo, devolviéndolo a la vida. Tras sembrar el caos allí por donde pasa, consigue llegar a Nueva York, donde destruirá toda la ciudad, si no consiguen detenerlo a tiempo.


Importante en muchos aspectos es esta película, es la primera que introdujo a un monstruo gigante de todas las que se estrenaron durante estos años (que no fueron pocas) y directamente le debemos “Godzilla” (1954), ya que tras esta obra le dieron luz verde a la producción. Otra característica es que trata de forma distinta el tema nuclear, casi todas culpan directamente a la radioactividad de la creación de monstruos deformes y terribles, mientras en este caso, simplemente despierta algo que ya estaba vivo. Por otra parte la energía nuclear será utilizada otra vez durante el metraje en una escena impactante, que no desvelaré para no estropear a nadie la sorpresa.


Considero que la película tiene dos claves: el monstruo, que fue un trabajo prácticamente artesanal, del que se construyeron varios con distintos tamaños, así como maquetas de la ciudad de Nueva York y de la montaña rusa de Coney Island y la historia, basada en una obra del genial escritor Ray Bradbury, autor entre otras de la fantástica novela “Fahrenheit 451”.


Mi consejo es que si tenéis ocasión y no la visteis, no lo dudéis, es cierto que el stop motion no funciona como lo hacia en su momento y que en algún momento las interpretaciones pueden ser algo planas, pero es sin duda un film que hay que conocer y apreciar en su medida, con un presupuesto muy escaso, incluso para la época (unos 200000 dólares), pero que acabó recaudando más de 5000000 en taquilla.

Os dejo con unos minutos de su versión doblada al español y un trailer.










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