lunes, 28 de mayo de 2012

El increíble hombre menguante


La película de la que voy a hablar hoy, amantes de la sci fi, es un clásico imperecedero: “El increíble hombre menguante” (The Incredible Shrinking Man), producida en 1957, dirigida por un habitual de la ciencia ficción como es Jack Arnold y basada en un relato de Richard Matheson, que finalmente también se ocuparía del guion.

La acción nos lleva al tranquilo paseo en barco de Scott Carey (Grant Williams) y su esposa (Randy Stuart). De repente Scott es cubierto por una niebla misteriosa. Tiempo después empezará a menguar poco a poco sin que ninguna prueba médica pueda encontrar una solución para el problema. Scott comenzará una lucha contra el tiempo y contra circunstancias que nunca antes hubiera imaginado. La búsqueda de la supervivencia a cualquier precio.



El guion funciona como un reloj en este film, se trata de una película corta, pero muy bien hilada, que casi no te da un momento de descanso. Una muy correcta presentación de los dos personajes principales para zambullirnos en una historia que tiene varias lecturas. Por un lado, la historia de por si es muy interesante, parte de una muy buena premisa, con unos efectos asombrosos para la época, que sorprendentemente no han envejecido nada mal y con unas escenas cargadas de tensión, pero por otro podemos ver la lucha interna del protagonista y preguntarnos ¿qué somos en realidad?, ¿dónde estamos? o ¿cómo de importantes somos?





Es muy importante a la hora de visionar películas de estos años,  pensar como vivía la sociedad y que tipo de miedos y problemas existían. El cine siempre se ha guiado por eso y no iba a ser una excepción por aquel entonces. En los años cincuenta la radiactividad estaba de moda, aún no se comprendía del todo y es una premisa lo suficientemente desconocida por el gran publico como para funcionar sin problemas. Ya se habían realizado más films con este eje, aunque siempre con monstruos mutados por su culpa.  La película funcionó muy bien en taquilla recaudando casi 6.100.000 dólares solo en EEUU y fue un éxito de crítica.

Si bien, “El increíble hombre menguante” no fue la primera, ni la última película sobre personas que disminuyen su tamaño (Viaje alucinante, de 1966 o Cariño, he encogido a los niños de 1989, son buen ejemplo de ello), estamos ante la de mayor calidad y mas querida por los fans de la ciencia ficción.
Como curiosidad, se planteó una secuela que giraría en torno a la esposa de Scott Carey, pero se abandonó la idea. Sin embargo en 1981 se rodó una no oficial (The incredible shrinking woman), dirigida por Joel Schumacher (Última llamada, 2002), de ínfima calidad y que no tiene nada que ver, ni con la historia, ni con ninguno de los creadores de la película original.






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